sábado, 30 de diciembre de 2017

EL MEJOR PROPÓSITO PARA EL NUEVO AÑO


     Con la llegada de un nuevo año, brotan nuevos propósitos y metas por alcanzar; temas pendientes que queremos retomar o tal vez comenzar. El próximo primero de Enero de 2018, comenzarán a llover los deseos y compromisos... pero tal vez esa lluvia sea efímera. Y te explicaré por qué: en la mayoría de las ocasiones nos marcamos objetivos que nos son para nosotros. No se me antoja decir "inalcanzable", porque para Dios, todo es posible, sin embargo, si confiamos en nuestra naturaleza humana, nunca llegaremos muy lejos.

     Por eso, concentra tu ánimo y fortaleza en Dios; y si te parece tan complicado o no sabes cómo hacerlo, te indicaré el mismo camino que los Santos eligieron: la Devoción a la Madre de Dios, manifestada en el rezo de Su Santísimo Rosario. 

     Es una devoción bien sencilla (a base de Padrenuestros y Avemarías) y rica a la vez (pues medita la Vida, Pasión y Gloria de Nuestro Señor) que todo católico debiera rezar. 

     ÉSTE PROPÓSITO SÍ QUE ES FÁCIL DE LOGRAR, pues cuando reces el Rosario, comenzarás casi de inmediato a sentir 




         El Padrenuestro saca toda su excelencia de su Autor, que no es un ser humano, ni ángel, sino el Rey de los Ángeles y de los hombres, Jesucristo.  El Padrenuestro encierra todos los deberes que tenemos para con Dios, los actos de todas las virtudes y la petición para todas nuestras necesidades espirituales y materiales. Compendia todas las dulces expresiones de los Salmos y cantos, implora cuanto necesitamos, alaba a Dios de manera excelente, eleva el alma de la tierra al Cielo y la une íntimamente con Él.

        El Avemaría resume, en la más concisa síntesis, toda la Teología Cristiana sobre la Santísima Virgen. En el Avemaría encontramos una alabanza y una invocación. La alabanza contiene cuanto constituye la verdadera grandeza de María. La invocación contiene cuanto debemos pedirle y cuanto podemos alcanzar de su bondad. 

        Persevera, pues, querido cofrade del Rosario, en pedir a Dios, mediante el Santo Rosario, todas las gracias espirituales y corporales que necesitas, especialmente la divina Sabiduría, que es un tesoro infinito (Sab 7,14). Tarde o temprano, la obtendrás infaliblemente, con tal que no abandones el Rosario ni te desanimes a medio camino (Ver 1 Cor 9,24-27). Te queda aún largo camino (1 Re 19,17). Sí, aún te queda mucho por andar, muchas adversidades por atravesar, muchas dificultades por superar, muchos enemigos por vencer. Te faltan muchos Padrenuestros y Avemarías para alcanzar el Paraíso y ganar la hermosísima corona que espera a todo fiel cofrade del Rosario.


EL SECRETO ADMIRABLE DEL SANTÍSIMO ROSARIO
por San Luis Mª Grignión de Montfort




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